Luego de que ayer no hubiera ningún acuerdo entre la Comisión de Alto Nivel del Ejecutivo y la junta de usuarios de riego de Andahuaylas, esta ciudad continúa prácticamente aislada por la paralización que desde hace nueve días acatan sus pobladores en contra de la actividad minera.
No hay circulación de transporte terrestre, los comercios están cerrados y las calles parecen desérticas. Las carreteras que unen Andahuaylas y Abancay continúan bloqueadas, principalmente a la altura del kilómetro 12, en las zonas conocidas como Ramal a Pacucha, Nueva Esperanza y Champaccocha.
Es por ello que desde hace varios días, las empresas de transporte interprovincial han suspendido sus servicios hacia Cusco y Abancay. De igual forma, los vuelos desde Lima hasta Andahuaylas han sido suspendidos por seguridad.
En tanto, algunos de los heridos serán evacuados a Lima por la gravedad de Lima. Dos de ellos tienen traumas oculares a consecuencia de las bombas lacrimógenas lanzadas ayer a los manifestantes y las piedras con que estos respondían a la Policía. Se trata de la menor de 2 años Judith Tueros y de los adultos Robert Hopa, Eduardo Aquino Merino, Eduardo Vila Ramírez, Henruy Carrión, Raúl Ascue, entre otros.
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