En su reciente visita a la Argentina Marcha entrevistó a Hugo Blanco, histórico dirigente campesino de Perú. En esta oportunidad habla de las luchas actuales contra el emprendimiento megaminero conocido como Proyecto Conga.
Hugo Blanco nació en Perú en 1932 en la ciudad de Cusco. En 1954 viajó a la Argentina dónde estudió agronomía en la Universidad Nacional de La Plata. Allí se formó en el trotskismo junto al dirigente argentino Nahuel Moreno. De regreso a su país militó en distintas organizaciones y luchó por el reparto de la tierra entre los campesinos e indígenas.
Durante su vida sufrió 3 deportaciones y realizó 14 huelgas de hambre. Como dijo Eduardo Galeano: “Hugo Blanco ha caminado su país al revés y al derecho, desde las sierras nevadas a la costa seca, pasando por la selva húmeda donde los nativos son cazados como fieras. Y por donde pasaba, iba ayudando a que los caídos se levantaran, y los callados dijeran”.
En esta entrevista exclusiva habla de la actual lucha campesina contra la megaminería en Cajamarca, Perú. Allí, hace meses que los pobladores se vienen organizando para impedir que se lleve adelante este proyecto que amenaza con contaminar el agua y dejar sin ese recurso fundamental a los campesinos y la población de la zona.
- ¿Qué pensás sobre la lucha contra la minera Conga?
Estamos en contra de la minería a cielo abierto. Porque para sacar un gramo de oro o menos vuelan una tonelada de roca. Entonces es nociva en cualquier parte. Pero mucho más peligroso es en cabecera de cuenca que es lo que se piensa hacer con el Proyecto Conga.
La compañía dice que va a afectar cuatro lagunas. De dos de ellas va a sacar oro y las otras dos las va a convertir en basural. Pero no es solamente a las cuatro lagunas que va a afectar. Porque si se afecta a estas lagunas, también se afecta el agua de las que están más abajo. Entonces son veinte lagunas las que están amenazadas. Son cinco valles los que están amenazados, de aguas que van al pacífico y al atlántico. Y afectaría a 12 mil personas que son agricultores y ganaderos porque la leche, el queso, el manjar blanco de Cajamarca son conocidos en el Perú y afectaría todo eso. Por eso es que la gente se opone completamente al Proyecto Conga. Porque además ya conoce lo que pasó en Yanacocha [NdeR: otro emprendimiento minero en Cajamarca] que secó dos lagunas. Ya conoce que sustituyó el Río Grande que daba agua a la ciudad de Cajamarca por cuatro tuberías de agua contaminada. Y también como derramó mercurio en Choropampa y le dijo a la gente que juntara sin decirle que el mercurio era peligroso. La gente juntó con la mano y ha habido muchos muertos. Entonces, por todas esas razones la gente está contra el proyecto Conga.
- ¿Se puede pensar que es una continuidad de una tradición de lucha del campesinado peruano?
Si, por supuesto. Antes la lucha era por la tierra, por eso nuestro grito era “Tierra o Muerte”. Ahora es por el agua, porque se ataca al pequeño campesino quitándole el agua, para envenenarlo y para contaminar. Y eso no es interés solamente del pequeño campesino, es interés también de la población urbana. Porque cuando no tenga la alimentación sana que le da el pequeño campesino va a tener que alimentarse de los transgénicos y químicos de la agroindustria. Y eso atenta contra la salud de la población urbana.
- ¿Y qué opinas sobre la Cumbre de Rio+20 y la propuesta de la “economía verde”?
Bueno, también sobre eso está habiendo un movimiento. Hay un manifiesto eco-socialista que se ha firmado contra la economía verde y todo ese cuento. Este cuento de la economía verde implica comercializar la naturaleza y volver a una economía primaria. Esa es la salida que pretenden las trasnacionales para la crisis actual.
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